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Una lucha constante por el reconocimiento y el respeto a los derechos de la mujer en la carrera judicial

Una lucha constante por el reconocimiento y el respeto a los derechos de la mujer en la carrera judicial

 

  • Ana Luisa Meseguer Monge, reconocimiento “La justicia con rostro de mujer”.

Sus aportes al Poder Judicial en el fortalecimiento de los derechos humanos de las mujeres hoy hacen a la jueza Ana Luisa Meseguer Monge, merecedora del reconocimiento: “La justicia con rostro de mujer”, que otorgó Corte Plena en el marco de la Inauguración del Año Judicial 2022.

El galardón procura destacar a las mujeres empleadas o exempleadas judiciales, administradoras de justicia o no, que en el desempeño de sus labores destaquen por su honradez, mística, transparencia, excelencia y dedicación al trabajo y con sus acciones, ejemplo y actitud resalten el aporte de las mujeres en las funciones encomendadas al Poder Judicial, hayan influido o influyan en la erradicación de la violencia y de cualquier otra forma de discriminación en detrimento de los derechos humanos de las mujeres.

“Desde mi cargo judicial, la contribución ha sido juzgar con imparcialidad y objetividad, pero, con perspectiva de género, aplicar el principio de no discriminación sin distinción de ninguna clase, utilizar el lenguaje no sexista y respetar la diversidad.  Durante muchos años atrás, desde la Asociación Costarricense de Juezas, hemos venido promoviendo la utilización de la perspectiva de género en el dictado de las sentencias judiciales, como un valioso instrumento de hermenéutica o interpretación, por estar convencidas que sólo así, es posible respetar los derechos humanos, cumplir la prohibición de no discriminación y asegurar el acceso a la justicia de toda la población costarricense, sin importar el sexo”, destacó la Jueza coordinadora del Tribunal de Apelación de Trabajo del II Circuito Judicial de San José.

En 1991, participó en la fundación de la Asociación Costarricense de Juezas.  Del 2003 al 2019 fue presidenta de esa organización social, con el firme compromiso de emprender las luchas por el reconocimiento y respeto de los derechos de las mujeres dentro de la carrera judicial, basadas en los principios de solidaridad y sororidad.

“Mi labor en la Asociación se ha centrado en valorizar y visibilizar la gran necesidad de aplicar medidas afirmativas en la carrera judicial y tratar de hacer cumplir la política de género del Poder Judicial, dirigida a aplicar los principios de todos los instrumentos internacionales de derechos humanos y, en nuestro caso, a desterrar todas las prácticas que discriminen por motivos de sexo y, además, eliminar el sesgo por género en la Administración de Justicia, con la finalidad de conseguir la ansiada igualdad”, destacó.

Afirma que ha sido intensa la labor de tratar de superar la brecha de inequidad de género, en el acceso a los puestos más altos de la función judicial, que garantice una justicia más inclusiva, más humanizada y una verdadera equidad de género en la conformación de los altos Tribunales. 

Trayectoria judicial

“Los principios que rigen mi desempeño profesional son los propios de la ética judicial: la independencia, la imparcialidad, la objetividad, la probidad y la excelencia en el servicio público de la Administración de Justicia, entendido como un sistema que, en forma permanente, debe resguardar los derechos humanos de todas las personas”, recalcó la jueza Ana Luisa Meseguer Monge. 

Licenciada en Derecho con énfasis en Derecho Público, de la Universidad de Costa Rica en 1977; cuenta con el grado de Especialista en la Jurisdicción Social y el Nuevo Derecho del Trabajo, en La Coruña, España (1999).  Es Máster en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, en la Universidad Estatal a Distancia (UNED-2004).  En la actualidad realiza las conclusiones y prepara la defensa final de su investigación “El Daño Moral en la jurisprudencia laboral”, para obtener el Doctorado en Derecho en la UNED.

Ingresó al Poder Judicial realizando nombramientos interinos como jueza de instrucción penal de Turrialba y Goicoechea.  Posteriormente, fue nombrada en propiedad como defensora pública de San José.  En 1985 fue designada en el Juzgado II de lo Contencioso Administrativo y Civil de Hacienda donde trabajó 5 años, para luego asumir el cargo de Jueza en el Tribunal de Trabajo de Menor Cuantía de San José, hasta alcanzar el puesto actual.

Se desempeñó como magistrada suplente de la Sala Segunda y fue integrante del Consejo de Personal, en representación de la judicatura.

“…deslindar lo justo de lo injusto”

Nacida en Cartago.  Vivió en San Marcos de Tarrazú, donde pasó sus primeros años de infancia, para luego trasladarse a San Pedro de Montes de Oca.  Recuerda que desde muy joven descubrió su vocación por el Derecho, pues siempre le interesó deslindar lo justo de lo injusto, acompañada de los valores que le inculcaron: la igualdad real de todas las personas, el respeto de los derechos humanos y de las mujeres, la autonomía y el poder de decisión de las mujeres, la prohibición de discriminar entre géneros, la solidaridad y el concepto que, hoy día, se denomina sororidad, con sus congéneres, víctimas de violencia y en estado de vulnerabilidad.

En su formación personal y profesional, reconoce el privilegio de haber ingresado por tercera generación en línea materna al Colegio Superior de Señoritas, institución benemérita de la cultura costarricense, considerada como la cuna de diferentes movimientos democráticos relevantes, dirigidos a obtener reformas sociales para mejorar las condiciones de vida y los derechos de las mujeres.

“La designación efectuada por la Corte Plena significa para mí, un inmenso honor.  Recibo este galardón, en nombre de la Asociación Costarricense de Juezas, con suma gratitud, alegría y optimismo, pensando en los cambios que, también, habrán de darse a nivel de la Asamblea Legislativa y, en las magnas transformaciones sociales que harán las nuevas y futuras generaciones de mujeres juezas”, expresó la jueza Ana Luisa Meseguer.

 

“Con mi conocimiento puedo aportar positivamente a la sociedad.”

“Con mi conocimiento puedo aportar positivamente a la sociedad.”

  • Tatiana López Morales, Técnica Especializada 6 de la Unidad Canina obtuvo reconocimiento “Miguel Blanco Quirós”.

 Recrear escenas del crimen a partir de una gota de sangre latente, es decir, que no sea perceptible al ojo humano, es un trabajo que se realiza con responsabilidad, destreza y pasión, cualidades que hicieron merecedora del premio “Miguel Blanco Quirós” a Tatiana López Morales, Técnica Especializada 6 de la Unidad Canina.

La Corte Plena otorga esta distinción a la empleada, que en el desempeño de sus labores se haya destacado por su honradez, mística, transparencia, excelencia y dedicación al trabajo.

Desde niña, Tatiana López relata que su mayor pasatiempo eran los juegos de química, investigación y análisis, siempre tuvo una conexión muy fuerte con el mundo científico que involucrara resolver casos con pocos indicios.

Tatiana es oriunda de San José, madre de dos hijos: Oscar y Mariela, los describe como su motor de vida, inspiración y orgullo. Además, es la hermana mayor de cinco hermanos.

A nivel académico, estudió bachiller en Biología Tropical, es Licenciada en Criminología y tiene estudios es Postgrado en Ciencias Forenses; CSI analista de la escena del crimen.

Con aproximadamente 25 años de laborar para el Poder Judicial, Tatiana recuerda sus inicios como una etapa de mucha alegría y a la vez de retos. Para 1996 tuvo sus primeros nombramientos como Asistente de Laboratorio en Secciones de Bioquímica, Biología Forense y Toxicología del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

En esa época, era una joven que todavía cursaba la universidad, pero estaba llena de sueños, energía y felicidad, por lo que se propuso combinar el estudio con el trabajo para lograr consolidarse en estas dos áreas, que era su prioridad.

Para 1997 gracias a su esfuerzo y esmero logró nombramientos de manera continua hasta la actualidad, destacándose como Asistente de Laboratorio en las Secciones de Bilogía, Toxicología y Bioquímica y Perito 1 en Sección de Análisis de Escritura y Documentos Dudosos, Técnico especializado 6 de la Sección de Biología Forense y de la Sección de Bioquímica, Profesional en Biología Forense, entre otros puestos.

Actualmente labora en la Unidad Canina de la Oficina de Planes y Operaciones del OIJ, donde desarrolla el Proyecto de interés Institucional denominado “Consolidación del equipo multidisciplinario en criminalística”, que consiste en ampliar la cantidad de servicios en los que se utilice de manera conjunta pruebas de laboratorio y canes especializados en búsqueda de sangre y restos humanos, búsqueda de fluidos y de olor humano. También le corresponde la atención de escenarios en búsqueda de sangre latente, indicios con sangre, restos humanos y fluido tipo seminal.

La mujer, mamá y servidora judicial acreedora del reconocimiento “Miguel Blanco Quirós”, siempre estuvo consiente de la responsabilidad que conlleva trabajar en el Poder Judicial.

Aporte a la sociedad.

Con su profesionalismo, entrega y pasión, Tatiana forma parte del equipo de investigación científica y pioneros a nivel mundial en el uso de canes especializados en la búsqueda de sangre latente en escenarios modificados. Este reconocimiento la ha llevado a compartir esta experiencia ante los países más desarrollados en Ciencias Forenses. Además, por el trabajo realizado, permitió a la Unidad Canina contar con un laboratorio especializado, el LACEBET, mismo que ha traído grandes beneficios en los análisis de vehículos entre otros, el cual era necesario desde que se instauró la técnica de luminol en 1998, y que por sus aportes a la institución se cuenta con dicho espacio hoy en día.

Esta técnica científica viene a reducir el tiempo de respuesta en las investigaciones, porque con rastros de sangre es posible levantar un perfil genético que ayude a dar con la persona responsable de realizar un delito.

Su trabajo tiene un objetivo y se mentaliza en trabajar por la familia de una víctima que quiere comprender que fue lo que le ocurrió y saber quién fue el responsable de cometer el delito. También, trabaja por aquellas personas que están tratando de incriminar en algo que no cometieron y que a partir de su experiencia y capacidades va encontrando respuesta para aportar a las investigaciones.

Su mayor satisfacción es saber que el trabajo de la Unidad Canina ha sido medular para que las personas que cometieron un delito sean juzgadas, lo importante es llevar, de cierta forma, una respuesta a la familia de la víctima.

Dentro de los retos en su vida laboral, López Morales señala que, “siempre he sido muy persistente y no me rindo fácilmente con los obstáculos que la vida da, siempre se pueden superar demostrando calidad en el trabajo y confiando en mis capacidades”.

Siempre hay personas que son importante en la vida de todo ser humano, pero para Tatiana, su abuelo Isauro Morales y su tía Hilda Morales Carvajal, han sido un alma gemela que le enseñaron a ver las cosas con amor.

 

“Las mujeres no tenemos límites.  Una tiene que trabajar y luchar por obtener el éxito”

“Las mujeres no tenemos límites. Una tiene que trabajar y luchar por obtener el éxito”

  •  Shirley Víquez Vargas, Premio “Ulises Odio Santos” 2022.

 Por su aporte en la doctrina jurídica, la jueza Shirley Víquez Vargas recibe este 2022, el Premio “Ulises Odio Santos”, que otorga la Corte Suprema de Justicia durante su Sesión Solemne de Inauguración del Año Judicial.

 “Las mujeres no tenemos límites.  Los límites los ponemos nosotras. Lo que hay que hacer es salir de la zona de confort, perseguir los sueños y metas que una se imponga a nivel personal y laboral. Hay que trabajar y luchar por obtener el éxito, pues éste no toca la puerta” destacó la jueza del Tribunal de Familia de San José.

 El premio “Ulises Odio Santos”, se otorga al autor o autora que hubiese publicado un trabajo, artículo o escrito en general de utilidad y trascendencia para el Poder Judicial y donde se evalúan aspectos como novedad, actualidad, el valor científico de la contribución, relevancia teórica o práctica, fundamentación doctrinal y jurisprudencial y el aporte que represente para la vida jurídica nacional. 

 Se valoró su aporte jurídico con la obra de su autoría “Medidas Autosatisfactivas en el Proceso Civil y de Familia” y las publicaciones, la “Reforma Procesal Familiar Práctica”, con la coautoría del señor Carlos Adolfo Picado Vargas y la obra colectiva “Derecho de Familia: Nuevos Retos y Realidades”.

 “Este es un reconocimiento a todo el esfuerzo, el compromiso y la disciplina que he tenido durante tantos años para poder leer, investigar y escribir doctrina que ha sido publicada pensando siempre en brindar un servicio a los demás.”, afirmó Víquez Vargas.

 “Me siento muy satisfecha porque la investigación sobre las medidas autosatisfactivas, que me llevó más de diez años desarrollar, ha dado frutos. Otro de los libros que publiqué en coautoría, se constituye en la primera obra científica procesal en su especie de cara a la entrada en vigencia del Código Procesal de Familia. El otro libro que coordiné, analiza temas que son retos o desafíos actuales del derecho de familia, pero transversalizado con los derechos humanos, por ello todos los ensayos son de temas novedosos para este siglo XXI”, destacó la jurista.

 Carrera judicial

 Su labor en el Poder Judicial suma aproximadamente veinte años.  Hoy se desempeña como jueza del Tribunal de Familia de San José y magistrada suplente de la Sala Segunda.  Afirma que lo que más la marcó en su trayectoria judicial ha sido asumir el cargo de magistrada suplente, al poder contribuir con su conocimiento y experiencia, pero a la vez retroalimentarse de las personas que allí laboran.

 Es Licenciada en Derecho por la Escuela Libre de Derecho de Costa Rica, Master en Protección Internacional de los Derechos Humanos por la Universidad de Alcalá de Henares, España, Doctora en Derecho Procesal Civil por la Universidad Escuela Libre de Derecho de Costa Rica y cuenta con un Post Doctorado en Retos de la Gobernanza Pública por la Universidad de Salamanca de España.

En el 2001 ingresó a la institución como meritoria en el Juzgado Segundo Civil y de Menor Cuantía, luego fue técnica judicial en el Juzgado Segundo de Familia, ambos de San José; sin dejar de estudiar la carrera de Derecho.

 “Trabajé en muchos puestos.  Fui conserje, notificadora, manifestadora, técnica judicial. Me gradué e hice los exámenes de juez. El primer nombramiento como jueza fue en el Juzgado de Pensiones Alimentarias del II Circuito Judicial de San José y ahí comenzó mi carrera en la Judicatura en el año 2004”, narró Shirley Víquez.

 Asumió funciones en todas las categorías como jueza de familia y penal juvenil, en muchos juzgados de todo el país, fue nombrada en propiedad la primera vez en el juzgado de familia en Nicoya.  La carrera judicial la llevó a trabajar en propiedad en los juzgados de familia de Pérez Zeledón y Primero de San José. En el 2018 concursó para el puesto titular en el Tribunal de Familia que actualmente ostenta.

 La unión familiar y el respeto

 “Soy una persona muy responsable con mi trabajo, con un gran respeto hacia todos mis compañeros y compañeras y con todas las personas que se relacionan conmigo en la institución y fuera de ella. Trabajo siempre con ética judicial y con imparcialidad, es lo más importante para un juez o jueza”, comentó.

 La unión familiar y el respeto a los miembros de la familia han sido principios que dirigen su vida.  Viene de una familia muy unida en el Barrio Los Ángeles en el centro de San José, siendo la mayor de cuatro hermanas y hermano.

 “Puedo decirle que mi familia es lo más importante que puedo tener en la vida.” manifestó la jueza Shirley Víquez.

“Desde que estudiaba derecho mi anhelo fue aspirar a la judicatura”

“Desde que estudiaba derecho mi anhelo fue aspirar a la judicatura”

  • Juez Fernando Ramírez, galardonado con el premio “Fernando Coto Albán, Al buen juez”.

Fernando Ramírez Serrano a sus 23 años de edad ingresó al Poder Judicial en mayo 2011, un anhelo que tenía desde que estudiaba derecho en la Universidad de Costa Rica.

Su aspiración era ingresar a la judicatura, propiamente en el área penal. “Hice los trámites para ingresar a la carrera judicial, me convocaron a realizar la prueba de conocimientos, obtuve una buena nota, solicité la certificación de mi nota del examen a Carrera Judicial para presentarlo a Presidencia de la Corte, y quince días después me estaban llamando para ejecutar mi primer nombramiento, que por cierto fue en el Juzgado Penal de Turno Extraordinario del Segundo Circuito Judicial de San José”.

Posteriormente realizó nombramientos interinos, por períodos cortos, en varios juzgados penales del país, entre ellos: Siquirres, Turrialba, Sarapiquí, Upala y Heredia. Luego, por nueve meses, estuvo en el Juzgado Penal de Puntarenas, después fue nombrado por un año en el Juzgado Penal del Primer Circuito Judicial de la Zona Atlántica.

Un 3 de junio del 2013, precisamente el día de su cumpleaños le designaron la propiedad como juez 3 penal en Golfito, donde se desempeñó por cinco años.

Posteriormente, estuvo en el Centro Judicial de Intervención de las Comunicaciones (CJIC), ejerciendo el cargo de juez de escucha, y unos meses después asumió la dirección de dicho centro, “habiendo aportado todo lo que pude para mejorar la productividad y condiciones en el CJIC. Luego de dos años, decidí retomar el ejercicio de la judicatura, siendo nombrado en el Juzgado Penal de Pavas, durante siete meses me desempeñé como juez penal, para finalmente concursar a un lugar más cercano al de mi residencia, siendo que, desde julio de 2021, ejerzo el digno cargo de juez en el Juzgado Penal de Heredia”. 

“Ejercer la judicatura en materia penal trae aparejado la vivencia de varias anécdotas, muchas buenas y otras no tan agradables, desde tener que trasladarme en lancha para llegar a las comunidades a realizar levantamientos de cadáveres o desarrollar audiencias, y de ese modo, permitir un adecuado acceso a la justicia, hasta viajar en avioneta desde Golfito hasta Alajuela, para poder realizar escuchas en vivo en el CJIC, porque la investigación así lo ameritaba, lo que hace que el ejercicio de esta labor esté llena de adrenalina. También, tuve la posibilidad de realizar varias audiencias en diversas comunidades indígenas, para poder acercar nuestra institución a las personas usuarias, sin que sean ellas quienes deban trasladarse por horas, muchas veces a pie, para llegar a una diligencia en los Tribunales de Justicia, esto ha permitido conocer de primera mano las dificultades que tienen”, comentó Fernando Ramírez.  

El juez dijo ser una persona muy comprometida con lo que hace, que le encanta el orden, y siempre que esté a su alcance, le gusta colaborarle a los demás. A su vez, es fanático de mejorar los procesos en los despachos para que estos sean cada vez más eficientes. 

Sobre el premio afirmó que “es un gran honor esta distinción que realiza el Poder Judicial, que viene a significar la ratificación de mi compromiso de seguir ejecutando mi labor con esmero, dedicación, pero, sobre todo, con los más altos valores éticos y morales. Definitivamente, el otorgamiento de este galardón no me lo esperaba, uno trabaja, y trata de dar lo mejor de sí, sin esperar nada a cambio, mucho menos un reconocimiento de este calibre. Esto no hace más que confirmar que las cosas se están haciendo de la manera correcta y que se va por buen camino”.

“A mí me honra ser compañero de este premio con juezas y jueces del más alto nivel como la Dra. Sandra Zúñiga, el Dr. Manuel Rojas, la Dra. Rosaura García, la Dra. Jenny Quirós, la Dra. Isabel Porras, la Dra. Teresita Rodríguez, entre otros”, indicó el homenajeado. 

Nació en Limón, cursó la primaria y la secundaria en dicha provincia y se trasladó a San José para iniciar con sus estudios universitarios, “desde que estaba estudiando derecho, siempre estuve orientado a la rama del derecho penal, y mi vocación era la judicatura. Cuando visitaba la madre de una compañera de la universidad que se desempeñaba como jueza, yo le decía a mi amiga, que cuando terminara los estudios superiores, yo me convertiría en juez”. 

Actualmente vive con su esposa e hija en Heredia, y aseguró que disfruta mucho el tiempo al lado de su familia. “En el tiempo libre, vemos películas; conversamos sobre diversos temas; jugamos con los perros. Cuando tenemos la oportunidad, los fines de semana, aprovechamos para visitar las hermosas playas del Caribe Sur, o bien, acudimos a relajarnos en las montañas de Monteverde”. 

“El ser juez conlleva una vocación de servicio, y, por consiguiente, debemos atender a las personas usuarias de la mejor manera, pues son nuestra razón de ser, a pesar de la crisis institucional que se vive en la actualidad, y del ataque frontal que ha estado sufriendo en los últimos años el Poder Judicial, en donde se ha cuestionado la integridad e independencia de este Poder la República, debemos recordar que es precisamente la institución, la que da la cara a la ciudadanía, y por consiguiente, nuestras acciones son las que recuerdan las personas usuarias. Por ello, debemos de estar comprometidos en brindar un servicio de calidad, con probidad, integridad, y sobre todo con humanismo”, finalizó Fernando Ramírez.   

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